ETEREA

No se porque escogi esta palabra para titular mi escrito, quizas por su significado, quiza porque es algo vago, sutil o vaporoso, asi me siento hoy, ninguno de los agolpados pensamientos que rondan en mi cabeza deja de ser etéreo, no llega a ningún lugar, pero asi, tambien mi cuerpo anda, apenas rosando el suelo, y de pronto, llega ese remolino y me lleva, me hunde en sigiloso abismo, mas no siento si es aire, agua, polvo o humo, pero no siento ahogarme, pues mi mente divaga y se pierde en lo infinito, no hay pensamiento claro, pero tu imagen esta alli, como siempre, como a toda hora, y sin palabras te llamo, pero no me escuchas, ¿donde estas? ¿por qué me rehuyes? no me haces llegar una respuesta. Mi mente comienza a despertar, pero me niego, no quiero darme cuenta que no existes, que no eres real, que solo mi mente fantasiosa te ha construido, te ha formado tomando piezas de cualquier rompecabezas.Y ahora eres tu el que se ha vuelto etéreo, no puedo tocarte, no puedo beberte, no puedo probarte... me llega nuevamente ese enorme vacío que hace un tiempo ya llenaba mi existencia, y que al momento en que mis sueños te encontraron quedó suspendido, no quiero llenarlo nuevamente porque cada sueño roto es un intenso dolor que no acaba, que se queda sutilmente en mi alma, esta alma desgarbada que hoy quiere perecer a este tormento.



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A un Ángel le pregunté, 
¿Cuál es el peor castigo? 
Y el Ángel me respondió; 

Que entregues tu corazón, 
Y las puertas estén cerradas. 
Que entregues tu alma, 
Y no haya brillo en sus ojos. 
Que entregues tus besos, 
Y roces unos labios fríos.
Que entregues tus manos, 
Y te encuentres siempre caída. 
Que entregues tu sonrisa, 
Y no te reflejes en su rostro. 
Que entregues tus caricias, 
Y no recibas un cálido abrazo. 
Que entregues tu llanto, 
Y no tengas consuelo. 
Que entregues tus sueños, 
Y no exista futuro. 
Que entregues tus palabras, 
Y obtengas un vacío. 
Que entregues tu integridad, 
Y ganes debilidad. 
Que entregues tu espalda, 
Y cargues con tu lamento. 
Que entregues tu oído, 
Y no existan palabras. 
Que entregues tu olfato, 
Y no haya fragancia. 
Que entregues tu cuerpo, 
Y no haya valor. 
Que entregues tus pies, 
Y camines un desierto de agonía. 

¡Tú me preguntas! 
¿Cuál es el peor castigo? 
Y yo te respondo; 
Amar... y no ser amado.